Mascarilla; antes, ahora y siempre

La mascarilla puede ser un tipo de EPI, es decir, está dentro de los llamados equipos de protección individual, antes, ahora y siempre. Pero no todos los productos EPI están fabricados para protegernos de la misma manera. Hay mascarillas que solo protegen a terceros, no a uno mismo, por lo que ya no cumpliría con la definición de EPI que es únicamente aquel producto que nos protege de cualquier riesgo que pueda amenazar o comprometer nuestra salud y/o seguridad. 

El uso de la mascarilla ha estado siempre muy presente en sectores como el sanitario, químico, industria de alimentación, construcción, agricultura. Es por ello que el uso de la mascarilla tiene un antes del Covid, un ahora y tendrá un después. Pero también es cierto que si no estás familiarizado con este producto es difícil saber cuál es adecuado para según qué casos y momentos.

Vamos a centrarnos en el “ahora”, ya que se ha convertido en un accesorio que nos acompaña allí donde vamos. Un complemento desconocido para la gran mayoría y con muchas puntualizaciones a tener en cuenta según su uso y tipo de mascarilla. 

Lo primero que debemos saber es que el tipo de mascarilla viene dado según el material con el que se ha fabricado. No todas protegen lo mismo ni ofrecen las mismas garantías de protección pasadas un número determinado de horas. Hoy en día la gran oferta puede confundirnos por eso os traemos este gráfico muy visual para poder explicar a continuación cuales existen y qué garantías de protección ofrecen:

Mascarillas higiénicas o «de barrera«

Este tipo de mascarillas son las más comunes, pero no están diseñadas para proteger de ningún riesgo, por lo que no están consideradas como productos sanitarios ni como equipos de protección individual. Esto implica que el uso de las mismas no está en absoluto recomendado para situaciones en las que exista un riesgo mayor.

A pesar de esto, el Ministerio de Sanidad las recomienda para todas aquellas personas que no tengan síntomas.

Dentro de las mascarillas higiénicas encontramos dos tipos:

• Mascarillas higiénicas no reutilizables
• Mascarillas higiénicas reutilizables

Mascarillas quirúrgicas

Estas mascarillas ofrecen un nivel de protección superior a las anteriores, ya que evitan la transmisión de agentes infecciosos de dentro a fuera. Esto las hace apropiadas para la protección en el exterior, por ejemplo, dar un paseo al aire libre.

Las mascarillas quirúrgicas son las que acostumbramos a ver en ambientes clínicos. Su objetivo es evitar que el personal sanitario y los pacientes infectados (o sospechosos de estarlo) transmitan agentes infecciosos. Estas mascarillas están diseñadas para filtrar el aire exhalado. Su misión es proteger a quienes están a tu alrededor, evitando la dispersión vírica al estornudar, toser o hablar.

La duración de estas mascarillas es de 4 horas, esto se debe a la filtración por carga electrostática. Esta duración se puede ver afectada por la humedad, la cual humedece tanto el filtro como la mascarilla perdiendo así poder de filtración.

Otro dato importante sobre este tipo de mascarillas es que nos otorgan protección ante salpicaduras de fluidos contaminados, pero no frente a los virus.

Mascarillas de alta eficacia o autofiltrantes

Estas mascarillas son las que ofrecen de mayor filtración, ya que protegen de la inhalación de contaminantes en el ambiente, como agentes patógenos, químicos o microorganismos, como son bacterias o virus. Alcanzan la consideración de EPI y están clasificadas según su rendimiento.

Según las recomendaciones del Ministerio de Sanidad, son las mascarillas con mayor nivel de protección y están recomendadas para situaciones en las que exista un potencial riego de contagio.